Podemos tener la tendencia de ser inmensamente misericordiosas con todo el mundo, pero demasiado fuertes con nosotras mismas. Sin embargo, cometer errores es parte de la experiencia humana y una oportunidad en las manos de nuestro poderoso Dios para enseñarnos algo.
Evita criticarte tanto y castigarte a ti misma por los errores que has cometido. Hacer esto es seguir sufriendo por algo que ya pasó. Si en lugar de hacerlo de esa manera, te muestras compasiva contigo misma, las posibilidades de que vuelvas a equivocarte se reducirán notablemente. Además, si dejas de atormentarte por aquellas decisiones que no ten han resultado tan perfectas como esperabas, tendrás la ventaja de mostrarte dispuesta a derivar las lecciones de esas experiencias. Las equivocaciones pueden convertirse para ti en una fuente valiosa de recursos.
Por favor, trátate con mano suave. Recuerda que todo el mundo comete errores. Todas las personas toman alguna vez decisiones incorrectas. Incluso, para los más graves existe el autoperdón. Perdonarse a sí mismo es un proceso que puede ser complejo, pero maravillosamente liberador. La falta de perdón a una misma, por los errores cometidos, produce grandes sentimientos de culpa. Y por encima de eso, también contamos con la inagotable fuente del perdón de Dios. Su perdón puede ser complejo para nosotras comprenderlo porque es muy distinto al nuestro. En el perdón de Dios sí hay olvido. Eso sí, a nivel consciente debemos tratar de no caer en los mismos patrones y conductas que nos puedan dañar a nosotras mismas y a los demás.
Cuando la mujer fue tomada en acto de adulterio y se arrojó a los pies de Jesús para que la protegiera porque venían a apedrearla hasta matarla, Él le hizo una exhortación a la multitud, “el que esté libre de pecado, que sea el primero en tirarle la piedra" (Juan 8:1-11). Jesús le ordenó que no volviera a cometer el mismo error, pero no la condenó. Creo que cuando el Señor nos mira, nos ve con todas nuestras posibilidades, fortalezas y bellezas. Así que te invito a que no uses más ese látigo en contra tuya. Hoy es el día de perdonarte, comprenderte y aprender de lo que has vivido.
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