Lo que nuestros jóvenes dicen, piensan y creen acerca de ellos forma sus fracasos y éxitos. ¿Cómo los enseñamos a aceptar, creer y afirmarse a sí mismos?
Enseñe a sus jóvenes a pensar positivamente sobre ellos mismos.
Enséñeles la verdad de las bendiciones de la Palabra de Dios.
Enséñeles su identidad en el Señor.
Enseñe el poder de la oración.
No les deje compararse con otros, sino entrénelos para que vean sus propias fortalezas y sean felices con quiénes son.
Elogie el comportamiento apropiado.
Aliente a su hijo a tener metas a corto y largo plazo.
Demuestre afecto a su hijo.
Diga “te amo” y no escatime con estos intercambios.
Diviértase y ríase con su hijo.
Dé a sus hijos algunas palabras positivas que puedan repetir acerca de ellos mismos. Báselas en la Escritura.
Si su hijo dice frecuentemente “No puedo”, ayúdelo a cambiar, diciendo y creyendo “Yo puedo”.
Regularmente hable de pensamientos positivos y monólogo con su hijo.
Ayude a su hijo a ver que siempre hay una nueva idea o solución a cualquier problema.
En vez de dejar que su hijo se moleste cuando experimente un fracaso, guíelo hacia pensamientos, ideas e imágenes más positivas.
Muéstrele el aprendizaje que puede obtener de la experiencia.
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