Eclesiastés 4:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.
En muchas ocasiones lo que queremos y lo que necesitamos son 2 cosas distintas, y sobre todo cuando pensamos en los asuntos de Dios, ya que todo el tiempo solemos creer que Dios tiene algo mejor para nosotros cuando no recibimos lo que queremos y de cierto modo nos conformamos, pero pocas veces recibimos eso "mejor" de lo que hablamos, se ha puesto a pensar en ello.
La mayoría de las veces no tiene tanto que ver con que Dios tenga algo mejor, a veces ni siquiera involucramos a Dios en las cosas, pensamos en Él, quisiéramos que Él nos diera lo que pedimos, pero nunca pasamos por la intimidad con Él, es decir, ni siquiera le pedimos su opinión acerca del asunto, tomamos a Dios como nuestro toma pedidos y no como nuestro Dios, ni siquiera como nuestro cómplice en lo que pretendemos hacer.
La Biblia nos enseña que difícilmente tendremos una relación con Dios al que no vemos si no aprendemos primero a tener una relación con las personas alrededor de nosotros a las que si vemos y eso hace mucho sentido, ya normalmente solemos actuar completamente de la manera contraria a como hablamos.
Se ha puesto a pensar que cuando se enoja, se siente triste, se desilusiona, o simplemente se siente mal, lo primero que hace es alejarse y aislarse de las personas?, siendo que Dios anhela ser nuestro refugio, nuestro consolador, nuestro sanador, pero normalmente tenemos una relación con un Dios que no habla y que no contesta, por tanto nos es difícil acudir a Él en este tipo de situaciones, ya que no sabemos compartir nuestro corazón.
Por tanto Dios nos sugiere que primero practiquemos con los hombres, de hecho nos dice que para que pueda haber perdón de pecados, necesitamos ir a confesarlos a otro hombre, no para que nos perdone, sino para que podamos hablar de nuestra intimidad con alguien mas y aprendamos a ser honestos, una vez que tengamos amplia práctica en esto, aprenderemos a hacer lo mismo con Dios.
Esto se lo comento, porque solemos hacer oraciones en silencio desde nuestro pensamiento y confundimos nuestro pensar con orar y confesar, y a veces ni siquiera sale de nosotros lo que oramos y lo que pensamos, no le estoy diciendo que siempre sea así, pero suele pasar, y Dios lo sabe, por eso nos pide que practiquemos con otros.
Trabajar en unidad con otros es un modo de oración, porque si aprendemos a hacer proyectos en conjunto con otras personas, aprenderemos a hacerlo con Dios también, de modo que podremos ponernos de acuerdo en todo y sabremos delimitar la responsabilidad de cada uno y aprenderemos a no meternos demás en terrenos de Dios.
Y justamente por eso escribía el sabio Salomón acerca de esto en el libro de Eclesiastés, sabiendo que si aprendemos a hacer sociedad y acuerdos con los hombres, jamás pasaremos por una pena, por un dolor o una ansiedad, solos, pero también nuestro éxito sería asegurado cuando aprendiéramos a hacer cosas en unidad, entendiendo que es un principio de Dios que nos asegura plenitud de acuerdo a la naturaleza que Dios nos dio.
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