Varias de las cosas que menciona Pablo en Efesios 4, que están conectadas con la vieja naturaleza la deshonestidad, la mentira, la ira, la amargura, las palabras corrompidas, el enojo, la disensión, la gritería y la difamación tienen que ver con lo que hablamos.
No cometa el error de pensar que sus palabras no son tan graves como sus acciones. Proverbios 18:21 afirma claramente: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”. Recuerde, no luchamos contra armas carnales del enemigo (2 Corintios 10:4). Cuando usamos las armas carnales, le estamos dando poder al diablo. Cuando nos enojamos con alguien, cuando nos sentimos provocados a ira, ¿tenemos autocontrol o simplemente nos dejamos llevar? El amor no se irrita (1 Corintios 13:5).
El enemigo espera que perdamos el control, porque esa es una decisión de nuestra alma que le da poder.
¿Alguna vez se ha encontrado en situaciones en las que ha sentido ya no poder más? Situaciones como esas aparentemente justifican dejar que uno se enfade, pero eso significa que estamos dejando que pensamientos no renovados, inseguridades y emociones descontroladas dirijan en lugar de que dirija el Espíritu de Dios. Lo siguiente que sucede es que nuestra lengua le está dando poder al reino equivocado. Una atmósfera del hogar en la que hay disputas, preocupaciones por pequeñeces y contiendas constantes, le da poder al reino equivocado. Le abre la puerta a la pitón y lo invita a comenzar a exprimir la vida de quienes viven ahí.
Eso se derrama también sobre nuestra familia de la iglesia. Una atmósfera de desunión le es muy atractiva al enemigo. La gente de las iglesias puede entrar en riñas por cosas que no valen nada.
Debido al orgullo, las disputas más simples pueden convertirse en horribles discusiones y división.
Tal como la unidad atrae la presencia de Dios, la desunión en un hogar y en una iglesia la desvanecerán. Al diablo le encanta dividir familias o iglesias, porque la división lleva a la destrucción. Y una de las maneras más rápidas para crear desunión está directamente relacionada con la lengua: hablar acerca de otros tras sus espaldas. Se ha dicho que un cirujano plástico puede hacer casi todo con la nariz humana, excepto sacarla de los asuntos ajenos.
El chisme puede no empezar con usted, pero definitivamente debe parar con usted.
El auto control concierne a la lengua así como a las emociones. “Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos” (Proverbios 4:23). Podemos hablar vida a nuestra familia y nuestra iglesia, o podemos hablar muerte. Guarde su corazón y su boca. La siguiente vez que sea tentado a decir algo malsano, chismear, discutir o criticar aunque parezca estar justificado—, recuerde que es mejor llevarle el problema a Dios que darle poder al reino equivocado y dejar que entren las serpientes...
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