¿QUE CONSTRUYE MI FE?

Para caminar con Dios es importante aprende a movernos por fe, fe que sea palpable.  Que la gente pueda ver que lo que predicamos, lo demostramos.  

Los dos primeros predicadores en la biblia fueron Enoc y Noé.  En Judas nos dice que Enoc anunciaba el juicio que venía, mientras que Noé, anunciaba el diluvio que venía.  La diferencia entre uno y el otro es que Enoc vivió mil años antes del diluvio, por esto, solamente hablaba de lo que iba a pasar.  Noé, siendo un hombre de fe, mientras predicaba que venía un diluvio, construía el arca.
Llega un punto en nuestra relación con Dios que, no tan sólo se trata de palabras sino, de construir a su vez para el Reino de Dios.  Ese lugar que construyamos debe ser uno donde la gente pueda llegar, acomodarse y ser parte de él. Pero también debes incluirte en el proceso.  Que cuando la gente pase, te pueda ver consistentemente, pasó a paso, tomando acción sobre lo que dices.
Hace falta gente que su relación con Dios vaya más allá que sus palabras. Hace falta gente que tenga fe y que su fe hable por sí misma.  Esta es la relación que debemos tener.  Dios te va a dar los planos, como se los dio a Noé.  Te va a dar los planos de tu nueva vida, de tu matrimonio, de cómo trabajar con tus hijos, de cómo levantar tu negocio. 
Dios le dio a Noé las instrucciones exactas de cómo haría el arca.  La altura, la anchura, la madera que usaría, etc.  Mi pregunta es, ¿serás capaz de seguir el plan de Dios para construir, día tras día, aunque otros no lo hayan hecho?   Eso es lo grande de la fe de Noé.  Nadie había construido antes, ni tan si quiera había llovido.  Pero, su relación con Dios le daba la seguridad de lo que iba a suceder, y actuó en fe.
La biblia menciona tres características de Noé; aunque vivía en medio de un mundo corrupto, fue  un hombre justo, perfecto y un hombre que caminaba con Dios.  Un comentarista bíblico explica que, no era que no tenía pecado, sino que no vivía con culpabilidad y por su fe había sido justificado.  Esto lo que  quiere decir es que por tu fe, no habrá nada que te condene.  Mantén tu fe y vive con la certeza que eres hijo de Dios. 
Hoy en día se necesita que haya gente que no construya un pequeño bote para salvarse ellos solos.  Todos debemos estar trabajando para salvar también a otros. 

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