El acceso a la sabiduría de Dios te permite tomar decisiones que te lleven a todo lo que Dios tiene para ti y los tuyos. No puedes hacer nada con tus decisiones pasadas, pero puedes tomar nuevas y mejores decisiones para que se manifieste en tu vida el destino de Dios para ti.
En un momento dado, Juan el bautista perdió la prudencia, y perdió la cabeza. Ya había sido relevado de su misión de abrirle camino a Jesucristo, y se fue a hacer algo que Dios no le mandó a hacer.
El imprudente pierde la cabeza.
¿Cuántas veces has perdido la cabeza y te ha costado tanto tiempo arreglar tu vida por todo lo que dañaste por un momento de imprudencia? Dijiste lo que no tenías que decir, hablaste cuando no tenías que hablar, hiciste lo que no tenías que hacer. Y ahora pasas toda una vida recordando lo que hiciste, lo que perdiste, lo que pudiste haber alcanzado.
El trabajo de Juan el bautista era con unción y con prudencia. Tú no cambias el corazón de un rebelde con unción, sino con prudencia. El corazón rebelde se rebela contra la irracionalidad de las cosas. Si tu familia te ve actuando con prudencia, el corazón rebelde cambia.
Con manipulaciones no ganas a tu familia, se gana con poder y con prudencia, tomando decisiones sabias.
En el capítulo 2 del libro de Mateo, se nos habla de los hombres sabios. Estos hombres vieron la estrella que los dirigió hasta el pesebre donde había nacido Jesús. Después de haber entregado allí todas las riquezas que llevaron, Dios les indicó que se fueran por otro camino, un camino diferente por el cual ellos no habían caminado. Dios les dio sabiduría, les mostró lo que Herodes quería hacer.
En tu vida, para tú tener éxito y triunfar, muchas veces vas a tener que tomar otro camino, y será necesario que tengas la suficiente humildad para pedirle dirección a Dios, y tomar ese otro camino, diferente al que usaste para llegar, diferente al que otros han usado, pero que es el camino que Dios te va a dar para alcanzar lo que él tiene para ti.
Cuando comienzas a vivir bajo prudencia, dejas de vivir bajo sentimientos, bajo emociones, y tus pasos son seguros. Puede ser que vayas por otro camino, pero es el camino seguro que Dios tiene para ti. Pídele a Dios que te de acceso a esa sabiduría y a esa prudencia.
En Lucas 1:17, Jesús, hablando de Juan el bautista, dice que iría delante de él con espíritu, poder y prudencia. La unción no es lo que transforma a los rebeldes, sino la prudencia. ¿Tienes un hijo rebelde? Usa la prudencia. Tenemos acceso a ella directamente de Dios. La prudencia es la inteligencia para vivir la vida de una forma práctica e inteligente, dándote las soluciones para hacerlo.
En todo lo que hagas, busca sabiduría y prudencia. No vivas más de reacción en reacción.
Actuar en prudencia, no es no tener fe. La fe no es imprudente. La fe siempre opera bajo la sabiduría de Dios, no bajo el entendimiento del hombre. No estamos hablando de una sabiduría natural o que se pueda encontrar en libros, sino de aquella que sólo se puede obtener en acceso con el Espíritu Santo. Y, si proviene de Dios, es de fe.
Nunca te lances a hacer cosas que sabes en tu interior que no son prudentes, porque entonces tendrás que pagar las consecuencias. Pero, si Dios te da sabiduría, y te da prudencia, es imposible que tú fracases.
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