La raíz de amargura no es meramente una emoción, también en Deuteronomio 29: 18-19 se le considera raíz de amargura a todas aquellas personas que te alejan de la presencia de Dios. Esto produce hiel y ajenjo, produce amargura. Es por esto, que nos aconseja, cada vez más, cuidar tu vida porque, si no la cuidas, tendrás hiel y ajenjo en tu vida. O sea, tendrás tropiezos y te llenarás de frustración.
Uno de los peores errores que comete el ser humano es creer que puede conseguir la paz por sí mismo. Puede ser que sientas que te va bien en el caminar, aparentemente sabe a miel, pero es momentáneo y, sin darte cuenta, sigues alejándote de Dios. Entras en relaciones con gente necia que no quiere vivir de una manera correcta, que está buscando cómo sacarte del lugar donde tú consigues la paz.
Por ejemplo, el adulterio no es otra cosa que unirte con esa persona que te dice: Ven acá, únete a mí, porque es aquí que encontrarás la paz. Satisfaces una necesidad física, pero no vas y enfrentas el problema. No le eches la culpa a la gente y al dolor, enfrenta el problema, corta la raíz de amargura y procura la paz de tu matrimonio, de tus hijos, de tu familia.
Dios nos da la libertad de tomar decisiones. La pregunta es: Ante las ofensas que te han provocado, ante las heridas que te han causado, ¿qué decisiones has tomado? ¿Qué has decidido hacer? ¿Echarle la culpa a otros? ¿Seguir caminando toda la vida, sin tomar responsabilidades?
También en Hebreos 12:15 nos habla de que tengamos cuidado de no tener una raíz de amargura que nos estorbe y seamos como Esaú, que vendió su primogenitura y, aunque Dios lo perdonó, nunca gozó de las bendiciones de esa primogenitura. Todo por tomar una mala decisión, en un momento de dolor.
Hay muchas decisiones que has tomado en el pasado que no podrás darle marcha atrás, pero ¿qué decisiones vas a tomar hoy? ¿Vas a seguir vendiendo tu herencia? ¿Vas a seguir vendiendo el derecho que tienes en el día de hoy? ¿Vas a seguir tomando decisiones, que Dios perdona por su gracia, pero teniendo difíciles consecuencias?
Reflexiona y mira bien las decisiones que vas a tomar en el día de hoy, en esta semana. Mira bien qué decisiones vas a tomar ante la presión que sientes, ante el cansancio, por el dolor. Cuidado, no sigas contaminando a los que te rodean, a tus hijos, tus familiares. No sigas estorbando la gracia que Dios tiene para ti y estorbando a donde Dios te quiere llevar a ti y tu familia.
Aunque pienses que nadie entiende tu dolor, hay uno que sí entiende, que sufrió por nosotros, y se llama Jesús de Nazaret. ¿Qué haces ante ese dolor? ¿Te hechas a perder? ¿Te hechas a morir? ¿Vives con coraje, con angustia? Lejos de Dios, no lo puedes hacer; no puedes vivir mejor separado de Dios. Por eso, cuidado con la raíz de amargura y con aquella gente que te hace creer que puedes lograr la paz sin Dios.
Si estás cansado, cargado, frustrado por las malas decisiones, hoy es un buen día para que tomes autoridad sobre todo pensamiento del pasado y te declares libre. Ataca los pensamientos con la palabra de Dios. Son esas acciones de creer y esas palabras de confesión las que te impulsan a llegar a un nuevo nivel.
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