Elías fue obediente a la palabra
del Señor, y se fue a vivir cerca del arroyo de Querit, frente al
río Jordán. Los cuervos llegaban por la mañana y por la tarde, y
le llevaban pan y carne, y él bebía agua del arroyo. 1 Reyes17:
5-6, RVC.
Elías
obedeció a Dios y Dios proveyó. En 1 Samuel 15:22, nos enseña que
la obediencia es mejor que el sacrificio. Ahora, esta es una
de las tres ocasiones en las que Dios provee para Elías de manera
sobrenatural. Primero, aquí por medio de los cuervos, segundo, en los siguientes versos por medio de la viuda, y
tercero en el capítulo 19 por medio de un ángel. ¿Por qué? Dios
siempre provee para aquellos que caminan en justicia.
El Salmo 37:25 nos dice: No he
visto justo desamparado, ni su simiente que mendigue pan.
Dios es un Dios de provisión.
Él nunca va a dejar que sus hijos se mueran de hambre. Nunca va a
dejar que sus hijos tengan hambre. El Dios del maná en el desierto
es el Dios de los cuervos junto al arroyo. Él va a usar lo bueno, lo
malo y lo feo para alimentarte pero no vas a padecer hambre.
¿Por qué el cuervo? El cuervo es un
animal malo y sucio; en Génesis capítulo 8, fue el cuervo el que le
demostró a Noé que las cosas todavía estaban podridas. Pero Dios
es un Dios que puede limpiar lo sucio y domar lo malo. Él es el Dios
tanto del cuervo como de la paloma.
El cuervo representa un recurso poco
probable. Algunas veces Dios nos alimenta y nos bendice con recursos
poco probables. Aquí está la Palabra, ésta es tu temporada de
alimento del cuervo. Dios está por alimentarte con recursos poco
probables. Dios está por proveer del lugar que menos lo esperas.
Así que cuando veas al cuervo, grita,
¡ahí viene mi pan, ahí viene mi carne!
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